¿Se trataba de cocinar esperanzas?
El brujo de apartado /
postal,
en el buzón de la entrada,
comió carcajadas;
bebió lágrimas de entrega inmediata.
Ayer / hoy / mañana / cantará su victoria
colgado
de las alas de un pelícano traga monedas,
el de la peña empinada.
¡Oh! Qué triste;
sucumbió el águila que devoraba serpientes...
Víboras de lengua larga,
multiplican y suman ya sus mentiras
restando enlutadas lágrimas de los que murieron
creyendo,
que las esperanzas se comían.
© María Ayala