Vestida de blanco.
Sombrero de ala ancha
una clámide sobre el hombro
botines Jimmy Choo.
Se plantó frente a mí, mirando fijamente.
Acomodó la capa
pasó los dedos por el ala del sombrero.
Alzando la ceja, y con irónica voz guiñó la muerte
un sentenciado "hasta luego"
y se pasó de largo...
y se pasó de largo...
Arranqué la cánula
y mis manos estallaron en carcajadas.
© María Ayala
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