Siembro versos en el viento para que surjan poesías en mis pupilas
andantes, ansiosas por encontrar tus ojos.
Riego semillas de palabras en la arena y dejen por fin, las bahías
gritar al mar sus secretos…
Entonces, cuando el cielo se cubra de lamentos marinos y blanco de
ojos, te besaré bajo los muérdagos verdes, así nuestro amor se
volverá eterno.
María Ayala © (todos los derechos reservados)
2 comentarios:
y será cierto??? digo para agarrarme a mi "pioresnada" y llevármelo a los muérdagos, jaja...hermoso poema como siempre, un beso
Te guardo un muerdago de Navarra, especial para mi amiga.
Abrazo y buen año!!. Jabo
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