Difícil plasmar lo que percibo
desde la mitad de tu sonrisa y de tu enigmática mirada
pero puedo asegurar que te conozco
quizá de esta vida o de ninguna
tal vez de las voces que te llaman
o de los ojos que hoy te lloran.
Predestinada fuiste a consagrar tu vida
al Divino Amor que no tiene nombre;
que se lleva, se siente, se calla.
María Ayala ©
Hermana Martha Elena Velázquez Guerrero.
desde la mitad de tu sonrisa y de tu enigmática mirada
pero puedo asegurar que te conozco
quizá de esta vida o de ninguna
tal vez de las voces que te llaman
o de los ojos que hoy te lloran.
Predestinada fuiste a consagrar tu vida
al Divino Amor que no tiene nombre;
que se lleva, se siente, se calla.
María Ayala ©
Hermana Martha Elena Velázquez Guerrero.
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