miércoles, 7 de noviembre de 2012

ENSAYO


He intentado olvidarte dejándote en el rincón más oscuro de mi casa: justo al lado de mi cama. Cómo lograrlo si desde la grieta se escapa tu nombre.  Te he puesto ahí para saberte, como sé de la araña que atrapa mis grillos en su telar que a diario destruyo y  no  puedo encontrarla;  tal vez, y sólo tal vez por eso te puse ahí, para no encontrarte y así no tener que perderte.  Tengo tanto miedo de perderte que anoche morí de tristeza ahogada en mi tercer ojo que lloraba tu risa. De celos, soledades,  ansias de ti, de todo, de todo morí.

Sin dejar de pensar en tu olor, en tu sabor: la cama quemaba mis huesos. Me quedé sentada con las piernas colgadas hacia el techo, lo único que veía eran tus manos, como buscándome y tocaban mi rodilla y mis pechos y mi boca y mi sexo... te maté un poco para sobrevivirte y seguir intentando olvidarte sin tener que perderte.

©  María Ayala

No hay comentarios.: