jueves, 27 de diciembre de 2012

SIN REMEDIO



No sé cómo se prepara una despedida.
Nunca he dicho un adiós  definitivo
ni a amores, personas, objetos, animales, recuerdos,
ni siquiera a un año que termina.  

A nada me aferro,  
tengo bien claro que llegué sin afectos y desnuda;
pero creo firmemente que mi vida
fue forjándose de cada uno de ellos
lo sé porque los llevo bien puestos.
Y si yo dijera adiós a uno sólo
quedaría incompleta y dividida.  

Observo mi entorno…
La verdad me revela aquello que nunca quise.
No sé si la verdad “no es  triste”
 lo que sí me consta es: "que no tiene remedio”…
(JMS).

©                                                                                  María Ayala



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