
Cuando el cansancio te lleva a tu cama,
y reclinando la cabeza sobre la almohada
se presenta en tu paz callada
el latir pausado de tu corazón…
—Todo está en orden —piensas.
Y cerrando los ojos dispones
lo que harás mañana.
Entre tanto, yo,
presa de mis insomnios tercos
intento derribar los muros que has creado
entre tus horas puras, ordenadas
y el inconexo tiempo de mi tiempo.
María Ayala ©
1 comentario:
Que duermas bien... abrazo grande. Jabo
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